Cómo hablar de lo que cuesta

¿Cómo debe ser el proceso de comunicación con una persona mayor cuando aparecen problemas de salud que repercutirán en su futuro? El dr. Joaquim Julià, jefe asistencial del servicio de apoyo integral de cuidados paliativos del Institut Català d’Oncologia en Badalona, ​​lo explicó en la sesión de formación impartida el 27 de junio: “Cómo hablar de lo que cuesta hablar cuando comienza el deterioro”.

Una mala noticia, explicó, es una situación de mal pronóstico que altera negativamente la visión del paciente sobre su futuro. ¿Qué puede hacer el counseling en ese momento?

  • Facilita el proceso de información al paciente
  • Permite gestionar las emociones que la información genera en el paciente

Como resultado, el paciente es informado de las opciones de tratamiento y los riesgos y beneficios que conllevan. Esto le permite ajustar las expectativas, las opciones reales de tratamiento, la posibilidad de supervivencia, la gestión de temas pendientes y la planificación del proceso de final de vida.

El método SPIKES

Una de las maneras de comunicarse en este momento es el llamado método SPIKES. La información se estructura en 6 pasos:

  1. Preparación de la entrevista: propiciar un ambiente de confianza, evaluar si el paciente está preparado, buscar un lugar adecuado, pedir quién desea que le acompañe y mantener cercanía con el paciente, mirando directamente.
  2. Conocer la información y la percepción de la enfermedad que tiene el paciente: averiguar qué sabe, qué ha entendido de la información previa, qué expectativas y preocupaciones tiene -mediante preguntas abiertas- y reconducir las malas interpretaciones, la negación de la enfermedad si existe y las expectativas no realistas.
  3. Preguntar al paciente si desea recibir más información: las necesidades de información pueden variar a lo largo de la enfermedad; también conviene ver qué ha entendido la familia.
  4. Dar la información al paciente: introducir la mala noticia de forma empática, dar la información en pequeños fragmentos, comprobar que va entendiendo lo que se le explica, evitar expresiones técnicas y responder todas sus cuestiones.
  5. Responder a la respuesta emocional del paciente: hay que gestionar la respuesta emocional y facilitar su recuperación, dejarlo llorar, validar sus sentimientos, ser comprensivo y mostrar la disponibilidad a acompañarlo.
  6. Establecer el plan terapéutico y resumir la situación: hacer las recomendaciones del tratamiento, asegurarse de que ha entendido lo que le hemos explicado, ofrecer opciones de tratamiento y pactarlas, comprender las preocupaciones, explicar cuál será nuestro papel y mostrar disponibilidad.
Las palabras mágicas

Las palabras mágicas, según el dr. Julián, son empatía, escucha activa y asertividad.

En qué consiste la empatía?

  • Percibir lo que el otro siente en su interior
  • Hacernos conscientes de los sentimientos, necesidades y preocupaciones de los demás
  • Darnos cuenta de que sienten los demás sin que nos lo tengan que contar
  • Neutralizar las propias emociones para poder oír las de los demás
  • Reconocer y respetar los sentimientos en un mismo

No es sentir al igual que el otro, ni actuar de forma tierna, ni aprobar indiscriminadamente.

Y la escucha activa?

  • Estar realmente interesados
  • Respetar
  • Ser permeable
  • Ser empático

No es simplemente mostrar interés.

Y en cuanto a la asertividad, en qué consiste?

  • Posicionamiento empático
  • Comunicación verbal y no verbal
  • Escucha activa, validación y refuerzo

Un buen resumen es la fórmula DESC: Descripción de la situación, Expresión de sentimientos, Sugerencia de acciones posibles y Consecuencias.

Vencer la cultura del silencio

Hay que vencer la cultura del silencio, la conspiración del silencio en torno a una situación dolorosa y difícil.

Si el paciente solicita información, es conveniente darle siguiendo el protocolo SPIKE. Conviene hablar con la familia para hacerse cargo de qué motivos tiene para no querer que el paciente reciba la información, y procurar empatizar con sus miedos y temores. Una solución es proponer un acuerdo: que la familia intervenga activamente en cómo y cuándo dar la información. Hay que evitar la confrontación, sin embargo, y trabajar en positivo los mitos como “no lo podrá soportar”, “dejará de luchar” …

Es recomendable valorar conjuntamente los beneficios de informar al paciente:

  • Disminuye la sensación de amenaza por el paciente (podremos trabajar juntos para afrontarlo)
  • Evita la sensación de aislamiento
  • Fomenta el sentido de la dignidad del paciente
  • Favorece que el paciente asuma un papel activo en el proceso terapéutico